16 febrero 2007

POESIA A LA QUIACA

Iglesia del Perpetuo Socorro
A LA QUIACA
Mi pueblo querido, hermoso La Quiaca,
Siento que bulles con la sangre en mis venas,
Te siento en el fondo de mi pecho runa
Reflejo de piedra, aroma de albahacas,
Hermoso pueblito de la puna brava,
Y estando tan lejos me inunda la pena.

Te siento en el erke, en la caja y la quena,
En la copla sentida del coya puneño
Y estando lejos te siento tan cerca
Mi pueblito querido, que mi alma se llena
Con tu recuerdo. Mis ojos se secan
De tanto llorar, mi pueblito norteño.

Quisiera de nuevo pasearme en tus calles
Dejando poco a poco, como antes, mi corazón
Prendido en las tolas, tirado en la arena,
Sentir la alegría de tus carnavales,
Escuchar villancicos en la Nochebuena,
Andar por la noche de canción en canción.

Quisiera cantarte como te cantan tantos,
Estar tan cerquita de Dios como tú,
Y como el viento cruzar la frontera,
Dejar que las piedras repitan mi canto
Y luego quedarme todo quietud
Mirando tu cielo en la primavera.

Volver a ser guagua, a ser chango quisiera,
Sentirme contento de nada y de todo,
Y la esperanza que mi pecho esconde
Renace y se inquieta como una fiera,
Esperanza de encontrarte en algún recodo
de esta vida que me lleva no sé a donde...
En 1962 José A. Arrieguez escribió esta hermosa poesia.

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